Ocurre con frecuencia que una persona compra un vehículo usado, ya sea a un particular o a una empresa, e inmediatamente después descubre la existencia de desperfectos en lo adquirido.
Por supuesto, de haberlos conocido, no lo hubiera comprado, pues la legítima expectativa del consumidor es contar con un vehículo que se ajuste a las características descritas por el vendedor y sirva para sus fines.
¿Qué son los «vicios ocultos»?
La legislación los define como aquellos daños graves en el vehículo que, preexistendo al momento de la compraventa, dificultan su uso y disminuyen su valor.
Estos daños o desperfectos no deben estar a la vista ni deben haber sido conocidos por el comprador.
Por lo tanto, hay que tener en cuenta que no cualquier daño puede ser considerado como «vicio oculto», y habrá que estudiar cada caso de forma individualizada para comprobar si concurren los requisitos básicos.
Una vez comprobada la existencia de vicios ocultos, ¿se puede reclamar al vendedor?
Sí, siempre que no hayan transcurrido 6 meses desde la formalización de la compraventa.
¿Cómo actuar?
En primer lugar, es fundamental solicitar al vendedor, de forma fehaciente (por ejemplo, enviándole un burofax), alcanzar algún acuerdo extrajudicial: devolución del coche a cambio del precio entregado, pago del coste de la reparación u otro pacto económico que consideréis.
Para lo anterior, es aconsejable contar con un primer asesoramiento y también asistencia de un abogado o abogada que represente al comprador, redacte y envíe el correspondiente requerimiento. También lo puede hacer la persona por sí misma, pero existe el riesgo de cometer algún tipo de error que comprometa el proceso posterior en caso de que haya que recurrir a la vía judicial.
¿Y si el vendedor no atiende al requerimiento o su respuesta no satisface los intereses del comprador?
En este caso, habrá que acudir a la vía judicial, al amparo del artículo 1.484 del Código Civil, solicitando la devolución de lo pagado por el vehículo o la reparación del mismo, e incluso el abono de los daños y perjuicios causados.
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